En una reciente carta publicada en el British Medical Journal, el presidente de la British Society for Cutaneous Allergy se hace eco de informaciones sobre las lesiones cutáneas de los profesionales sanitarios que utilizan mascarillas de protección del tipo FFP3. Estas incluyen erosiones en el puente nasal y en las mejillas. En este sentido, una encuesta reciente de más de 500 profesionales sanitarios de primera línea que trata a pacientes con COVID-19 en la provincia de Hubei, China, identificó síntomas idénticos relacionados con las mascarillas, con dermatitis en la cara o en las manos en el 97% de los profesionales.
En este contexto, la British Society for Cutaneous Allergy está llevando a cabo una auditoría multicéntrica de problemas de la piel relacionados con equipos de protección individual (EPI) en el Reino Unido, lo que confirma que el eritema nasal y las erosiones son frecuentes en los trabajadores que utilizan las mascarillas FFP3.
Los efectos de la presión parecen ser la causa principal de las lesiones faciales, y el tiempo de uso de las mascarillas es el factor de riesgo más importante identificado hasta ahora. Las guías publicadas hasta la fecha recomiendan limitar el tiempo de uso de las mascarillas tipo FFP3 a dos horas. Sin embargo, los datos disponibles indican que el personal, en promedio, utiliza las máscaras durante mucho más tiempo.
Algunos sanitarios han sugerido la utilización de una tira de apósito hidrocoloide en el puente nasal debajo de la máscara. Esto podría ayudar a reducir los efectos de la presión cutánea, pero hay que tener presente un posible deterioro del sellado de la máscara. Por lo tanto, se recomienda una prueba de ajuste si se usan apósitos hidrocoloides. La tira también debería aplicarse en el mismo sitio cada vez, y cualquier sustancia emoliente debería aplicarse al menos 30 minutos antes de ponerse el EPI.

Fuente: BMJ