El 21 de febrero de 2020, se registró la primera muerte por neumonía debido a la infección por SARS-CoV-2 en el municipio italiano de Vó, un pequeño pueblo cerca de Padua. Esta fue la primera muerte de COVID-19 detectada en Italia desde la aparición del nuevo coronavirus en la ciudad china de Wuhan, provincia de Hubei. En respuesta, las autoridades regionales impusieron el bloqueo de todo el municipio durante 14 días.
Los investigadores recopilaron información sobre la demografía, la presentación clínica, la hospitalización, la red de contactos y la presencia de infección por SARS-CoV-2 en hisopos nasofaríngeos en el 85,9 y el 71,5% de la población de Vó en dos periodos consecutivos de tiempo, respectivamente. El intervalo serial promedio fue de 7,2 días (IC 95%: 5,9-9,6). En la primera fase del estudio, que se realizó alrededor del momento en que comenzó el cierre de la ciudad, se encontró una prevalencia de la infección del 2,6% (IC del 95%: 2,1-3,3). En la segunda oleada del estudio, que se realizó al final del confinamiento, se encontró una prevalencia del 1,2% (IC del 95%: 0,8-1,8).
Al igual que han señalado otros estudios similares, el 42,5% (IC 95%: 31,5-54,6) de las infecciones confirmadas por SARS-CoV-2 detectadas en las dos oleadas del estudio fueron asintomáticas (es decir, no tenían síntomas en el momento de la prueba y no desarrollaron síntomas de forma posterior). Los investigadores no encontraron diferencias estadísticamente significativas en la carga viral de las infecciones sintomáticas con respecto a las infecciones asintomáticas (P= 0,62 y 0,74 para los genes E y RdRp, respectivamente; test de Wilcoxon-Mann-Whitney).
En definitiva los resultados del estudio señalan la alta frecuencia de la infección asintomática por SARS-CoV-2, lo que proporciona nuevos conocimientos sobre su dinámica de transmisión y la eficacia de las medidas de control que se pueden implementar.

Fuente: Nature