La epidemia de COVID-19 está teniendo una difusión desigual en las distintas zonas de España, tanto en intensidad como en velocidad. Estas diferencias han sido debidas a varios factores que están influyendo de forma distinta en cada territorio. Por ello, se ha llevado a cabo un estudio por parte de investigadores del Instituto de Salud Carlos III con el objetivo de identificar esos factores para que se pueda actuar sobre ellos y así reducir la intensidad de la epidemia y prevenir ascensos futuros.
De acuerdo con los informes epidemiológicos, las personas mayores de 70 años y las personas en residencias han sido las poblaciones más afectadas por la COVID-19 y que han presentado los cuadros clínicos más graves.
Por otro lado, el elevado porcentaje de sanitarios infectados puede deberse a que estos han sido un eslabón más en la cadena de transmisión del virus, especialmente en los primeros días de la epidemia cuando todavía no se implementaban estrictas medidas de protección e higiene. Por último, dadas las características de la transmisión del virus, la movilidad de la población, que directamente implica el contacto social, es el principal factor de riesgo cuando no se implementan las medidas de protección e higiene.
Las curvas epidémicas caracterizan la evolución de la pandemia y el efecto de las medidas adoptadas por las autoridades. La transmisibilidad de la pandemia de COVID-19 experimentó un descenso drástico con las medidas de distanciamiento social que fue continuado hasta la estabilización de la pandemia.
El estudio ha identificado, a partir de las fechas epidemiológicas clave, diferencias entre las Comunidades Autónomas (CCAA), tanto en el comienzo de la pandemia, como en la duración de los periodos de ascenso y descenso. Se puede observar una coincidencia temporal entre diversos eventos y acontecimientos sociales y la evolución de la pandemia a nivel nacional y de las CCAA. Según la información disponible, los resultados del análisis han identificado 5 factores que han tenido un papel importante a la hora de marcar la velocidad de ascenso de la pandemia en las CCAA. Los factores ligados al movimiento son el riesgo infectivo de la movilidad interna, así como los riesgos infectivos de la movilidad externa tanto desde Madrid como desde el País Vasco.
La intensidad del efecto ha sido heterogénea entre las CCAA. Los factores que muestran un mayor impacto en la transmisibilidad son el riesgo infectivo de movilidad interna y el % de personal sanitario infectado.
La movilidad interna en ámbitos urbanos con gran actividad, la difusión a partir de focos iniciales a territorios contiguos y la falta de contención en el ámbito socio-sanitario han sido clave en el acenso de la pandemia y permite identificar los elementos a los que prestar mayor atención a la hora de definir futuras estrategias de control ante potenciales rebrotes. Finalmente, hay que insistir a la población en el uso de medidas de protección para que los movimientos de la población sean más seguros, entre los que destacan el uso de mascarillas, el lavado de manos, el distanciamiento social y el aislamiento en caso de infección o contacto con un infectado. Por otro lado, hay que tomar todas las medidas necesarias para proteger al personal sanitario y a los residentes y trabajadores de residencias sociosanitarias.

Fuente: Instituto de Salud Carlos III