Las células cancerosas, incluidas las del melanoma, a menudo crean metástasis a través del sistema linfático antes de metastatizar de forma sistémica a través de la sangre. De este modo, las células cancerosas en los ganglios linfáticos pueden migrar a los vasos sanguíneos desde donde pasan a la sangre. No obstante, algunas metástasis distantes surgen de clones que son diferentes de las muestras presentes en los ganglios linfáticos. En estos casos, no está claro si estas células pasaron a la sangre directamente desde el tumor o si migraron a través del sistema linfático antes de entrar en la sangre.
Para averiguar la naturaleza de la migración de las células cancerígenas se llevó a cabo un estudio en el que participaron investigadores de las universidades de Texas y Iowa, en EE.UU. En primer lugar, observaron que las células de melanoma presentes en la linfa experimentan menos estrés oxidativo y forman más metástasis que las células de melanoma en la sangre. De este modo, ratones inmunodeprimidos con melanomas derivados de pacientes y ratones inmunocompetentes con melanomas de ratón mostraron más células de melanoma por microlitro en la linfa que drena el tumor que en la sangre.
Por otro lado, las células que metastatizaron a través de la sangre −pero no las que hicieron metástasis a través de la linfa− se volvieron dependientes del inhibidor de ferroptosis GPX4. Las células que fueron tratadas previamente con inhibidores de ferroptosis químicos formaron más metástasis que las células no tratadas después de una inyección intravenosa, pero no intralinfática. Los investigadores observaron múltiples diferencias entre el líquido linfático y el plasma sanguíneo que podrían contribuir a la disminución del estrés oxidativo y de la ferroptosis en la linfa, incluidos los niveles más altos de glutatión y ácido oleico y menores de hierro libre en la linfa. El ácido oleico protegió a las células de melanoma de la ferroptosis y aumentó su capacidad para formar tumores metastásicos. Las células de melanoma de los ganglios linfáticos fueron más resistentes a la ferroptosis y formaron más metástasis después de la inyección intravenosa que las células de melanoma de los tumores subcutáneos.
En definitiva, la exposición al entorno linfático protege las células del melanoma de la ferroptosis y aumenta su capacidad para sobrevivir durante la metástasis posterior a través de la sangre.

Fuente: Nature