Algunos estudios han hallado un riesgo elevado en los fumadores en relación con la progresión de la COVID-19 en comparación con los no fumadores. Por otro lado, los datos sobre hospitalizaciones muestran que factores como la obesidad, el sexo masculino y la edad avanzada están asociados con la incidencia y la severidad de la COVID-19. Aunque los jóvenes tienen un riesgo relativamente menor, dada la proporción de jóvenes que son usuarios de los cigarrillos electrónicos (e-cigarrillos), junto con los cigarrillos convencionales, los e-cigarrillos pueden representar un factor de riesgo importante para el COVID-19.
Por ello, se llevó a cabo un estudio para evaluar si el consumo de cigarrillos convencionales y e-cigarrillos en los jóvenes se asocia con los síntomas, las pruebas y el diagnóstico de la COVID-19. Para ello, en mayo de 2020 se realizó una encuesta a nivel nacional en EE.UU., con adolescentes y adultos jóvenes de 13 a 24 años (n= 4.351). A partir de una regresión logística multivariable se evaluó la relación entre los síntomas, las pruebas y el diagnóstico de COVID-19 y los cigarrillos, los e-cigarrillos y el uso de ambos, junto con factores sociodemográficos, obesidad y el grado de cumplimiento de las medidas de confinamiento a causa de la pandemia.
Los resultados mostraron que el diagnóstico de COVID-19 fue cinco veces más probable entre los que alguna vez consumieron e-cigarrillos (IC del 95%: 1,82-13,96), siete veces más probable entre los que alguna vez consumieron los dos tipos de cigarrillos (IC del 95%: 1,98-24,55) y 6,8 veces más probable entre los que consumieron ambos tipos de cigarrillos en los últimos 30 días (IC del 95%: 2,40-19,55). En cuanto a los participantes que se sometieron a la prueba para la COVID-19, se observó una probabilidad 9 veces mayor entre los usuarios que consumieron ambos tipos de cigarrillo durante los últimos 30 días (IC del 95%: 5,43-15,47) y fue 2,6 veces más probable entre los usuarios de e-cigarrillos en los últimos 30 días (IC del 95%: 1,33-4,87). Finalmente, los síntomas de la COVID-19 fueron 4,7 veces más probables entre los usuarios de ambos cigarrillos en los últimos 30 días (IC del 95%: 3,07-7,16).
En conclusión, la COVID-19 se relaciona con el consumo de e-cigarrillos y su uso junto con el de los cigarrillos convencionales por parte de los jóvenes, lo que sugiere la necesidad de una detección precoz junto con programas de educación y prevención.
Los hallazgos tienen implicaciones directas para que los sanitarios pregunten a los jóvenes sobre el historial de uso de cigarrillos y e-cigarrillos y para que los padres y educadores orienten a los jóvenes sobre las consecuencias de su consumo, incluyendo la difusión de mensajes de prevención de la COVID-19. Finalmente, las administraciones deberían regular eficazmente el uso de los cigarrillos electrónicos, especialmente durante la pandemia de COVID-19.
Fuente: Journal of Adolescent Health